Por qué España no adelanta


Teresa Barro
¿Es política lo que están haciendo los políticos en España?  Gobernar un país es como gobernarse a uno mismo: para hacerlo es imprescindible querer ver la verdad e interpretar bien la propia historia.    El desconocimiento del pasado hace que los habitantes de España lleven muchos años y siglos desorientados, queriendo adelantar y sin saber hacerlo, esperando que, si se apuntan a la moda del momento, la corriente los llevará al soñado adelanto y confiando en que en algún momento caerá la solución del cielo o se encontrará la panacea que lo resuelva todo.
Los que se presentan como políticos ofrecen vaguedades para arrancar votos, pero ninguno de ellos quiere resolver los males de fondo. Esos males empezaron cuando los Reyes ¨católicos¨ torcieron el rumbo de los países que formaban las Españas y los aprisionaron con la ayuda de la Iglesia y una Inquisición que aplastó el pensamiento, quebrantó el espíritu, corrompió el sentimiento y obligó a vivir en la superficie y las apariencias, con lo cual se perdió el sentido de la realidad. La alianza de la Corona y la Iglesia que se estableció en aquellos tiempos insertó un sistema de abuso que continúa hoy. El régimen de Franco nació y vivió gracias a ese sistema, y a su sombra prosperaron una Iglesia que repitió la Inquisición del pasado para recobrar el poderío ilimitado, una Corona que había sido rechazada y no se resignaba a perder el negocio y una élite pegada a esas dos instituciones.
De una dictadura no se sale con facilidad y de un sistema de abuso como el que se estableció en España con el apoyo de la Iglesia, mucho menos. El maltrato, la crueldad institucionalizada y la falta de libertad echan raíces en la mente y el sentir. La Transición sirvió para vestir de democracia al sistema y reforzarlo con disimulo. Siguió tapándose la historia, se dio el franquismo por acabado y se pintó la España de Franco como si careciese de todo, lo que valió para que los que vinieron después se cubriesen de gloria sin esfuerzo y para que ni el régimen ni las consecuencias se analizasen. Y así siguió la alianza de la Iglesia y la Corona, con un disfraz que permitió a las dos instituciones acrecentar los privilegios, el mando y las riquezas.
Los que manejan la política no quieren que acabe el poder de la Iglesia, y lo aumentarán si pueden. Los aforos y las inmunidades protegen el vicio y la corrupción y hacen de España un país menoscabado.  Para que haya democracia y libertad tiene que haber mecanismos que impidan el abuso de poder, y entre esos mecanismos están la información, la crítica, el escrutinio y el rendimiento de cuentas. Pero lo que se favoreció en España con la falsa democracia fue el secreto, el robo, el engaño y la impunidad.  Es a los monarcas, las figuras eclesiásticas, los políticos y todos aquellos a los que se les confía el mando a los que hay que someter al máximo escrutinio, porque son los que más pueden abusar del poder y traicionar al país y a los ciudadanos que les pagan.
En un país en el que falta trabajo no puede haber libertad. Cuando se aliaron la Corona y la Iglesia en tiempos de los Reyes ¨católicos¨  dejaron sin medio de vida a los que antes lo tenían e hicieron que nadie pudiese trabajar para no ser acusado de hereje, con lo cual mutilaron a la población y la dejaron inutilizada. La falta de trabajo conviene a los poderosos, para que todos vivan acorbardados y tengan que someterse a lo que ellos quieran.  Un país en el que hay que ser empleado del Estado para poder vivir, y en el que los estudios están dirigidos por funcionarios para hacer más funcionarios, no puede adelantar. Por detrás de las modas y las apariencias, seguirá apartado del mundo real y haciendo lo que cree que hacen los demás, sin capacidad de enjuiciamiento y sin empuje ni iniciativa.
No sería tan difícil iniciar el camino del adelanto. Pero no puede ser casualidad que los que se presentan como políticos no hablen de estos asuntos. Les conviene que siga el atraso en el que saben moverse y que solo les exige maniobra y pillería.
Abril de 2019

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