Los dos bandos y el aborto
La división en dos bandos, los buenos y los malos, los que
tienen toda la razón y los que no tienen ninguna, no deja centrarse en los
problemas, que quedan desenfocados y sin resolver en la lucha por quién domina
e impone.
Los dos bandos
que se disputan el mando en la cuestión del aborto no buscan comprender lo que
está en juego en ese asunto ni que se llegue a una solución justa. Cada uno de
los dos quiere ganar la guerra y que el otro la pierda, y para eso convierten
el aborto en arma de aniquilación del contrario y símbolo de moral o libertad,
sin importarles para nada el fondo de la cuestión.
Podría creerse en
la sinceridad de los que quieren que el aborto esté penalizado si ese mismo
afán con que defienden el derecho a la vida cuando se trata de castigar a las
mujeres lo pusiesen en que no haya guerras que esparcen muerte, miseria y abuso.
Si les preocupase el respeto a la vida no podrían creer que la sociedad tiene
derecho a condenar a muerte a un ser humano o a encerrarlo en condiciones
humillantes y sin dignidad ni esperanza en el futuro, que es otra forma de
matar, ni vivir tranquilos sabiendo que no hay trabajo para todos, porque sin
trabajo la vida es una muerte lenta. Tendrían que admitir que el aborto es
muchas veces consecuencia de la penuria y de no tener los medios con que cuidar
a los hijos y, en vez de insistir en que se castigue a las mujeres que abortan,
tendrían que insistir en que se castigue a los que implantan pobreza y se
aprovechan de ella. Lo que buscan con que el aborto esté penalizado es defender
el estatus quo y el supremacismo, y que tengan el mando y el poder los ¨superiores¨
en nombre de la moral ¨divina¨.
Pero el otro
bando también quiere ganar por encima de todo y no se conforma con que el
aborto no esté penalizado, sino que aspira a que esté aplaudido y se convierta
en un derecho de las mujeres, sin tener en cuenta que ninguna mujer aborta por
gusto, sino obligada por las circunstancias o, muchas veces, presionada, y que
en la prostitución organizada se obliga a las mujeres a que aborten para que
sigan dando rendimiento o que en algunos países se usa el aborto como forma de
anticonceptivo. El típico feminismo de la izquierda ¨progresista¨ se contentó
con cubrir las apariencias, puso a los hombres de modelo que había que imitar,
despreció las diferencias de las mujeres con los hombres y se negó a admitir que
muchos de los problemas surgían precisamente de lo que era típico de la mujer y
no del hombre, como la maternidad y el aborto. Al considerarse que las
cuestiones ¨de mujeres¨ no valían la pena y había que quitarles importancia, se
llegó a la conclusión de que abortar tendría que ser tan fácil y sencillo como
beber un vaso de agua, con lo que se contribuyó al machismo y a que, en nombre
del feminismo, se siguieran manteniendo las pautas de superioridad masculina e
inferioridad femenina del sistema patriarcal.
¿Qué ocurriría si
el aborto no estuviese penalizado? No
habría por ello más mujeres que abortasen, porque abortar es una tragedia y no
un placer. Lo único que sucedería sería que se podría tratar la cuestión más a
fondo y con más libertad y conocimiento, sin tener que someterse a la presión,
censura y propaganda del bando moral-religioso y del progresista-feminista y
sin que formase parte del paquete ideológico de la derecha o de la izquierda
política. Nadie perdería con que aumentase la comprensión del sufrimiento de
las mujeres o de los derechos de los hijos, la sociedad se sensibilizaría, ganarían
la justicia y el espíritu, y el aborto acabaría desapareciendo.
Como los dos
bandos quieren ganar y que se les aplauda por buenos y por tener toda la razón,
ninguno apoya que se despenalice el aborto, y la idea de que el otro bando
pueda ganar les escandaliza y les resulta aborrecible. Por lo cual seguirán
llevando la cuestión del aborto a la
política y convirtiéndola en arma de la izquierda o de la derecha, haciéndolo
símbolo de moralidad o de liberalismo, insensibilizando y entorpeciendo que se
comprenda y cure la raíz de la injusticia que lo origina.
Enero de 2019
Comentarios
Publicar un comentario