Universidades y economistas

Teresa Barro

Las universidades fueron, junto con los economistas, las grandes colaboradoras en el plan que se montó, hace tres décadas más o menos, de construir una dictadura global de la que nadie pudiera escapar. Esa dictadura llevó a que haya unos pocos ricos con poderío inigualado sobre todo y todos y una gran mayoría de gentes sumidas en la pobreza y la miseria cada vez mayor y sin posibilidad alguna de protesta.

Uno de los grandes pilares de ese nuevo sistema fueron los economistas, que ayudaron a imponer, con celo de cruzados, los dogmas de la doctrina del libre comercio. Su falta total de de entendimiento y visión de la economía les llevó a que no previeran el temporal de crisis económica que se venía encima gracias a sus irresponsables manejos. Claro que esa crisis y sus consecuencias para la mayoría de la población no les inquietaba,  porque ellos seguirían adoctrinando desde sus ricos puestos en la política y las universidades y acumulando fama, dinero y premios por los servicios prestados.

Los economistas cometieron un gran fraude intelectual al presentar como ciencia exacta lo que no podía serlo.  Las universidades se transformaron en proveedoras de nuevos señoríos para las elites y de títulos obligatorios para los demás, que, si no pagaban cada vez más por esos títulos y no se sometían a la dictadura intelectual que se montó, no podían aspirar a nada. En muy poco tiempo la universidad, que antes se suponía que era para los interesados en estudiar más a fondo algunas disciplinas, se convirtió en obligación ineludible. Lo que se presentó como apertura democrática de lo que antes podía considerarse un reducto de las elites, pasó a ser una tarea cada vez más larga y onerosa que no sirve para nada. Hay que acumular diplomas, maestrías y doctorados porque la licenciatura ya no significa nada, pero las universidades de lujo y las prácticas que ahora son también tramo obligatorio están reservadas para las elites sociales, políticas y económicas, que son las que después adquieren los trabajos  destinados a acrecentar su omnipotencia.


Diciembre de 2014

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