¿Una España federal?

Teresa Barro

La idea no tendría por qué escandalizar a nadie. Hay muchos países organizados de esa forma. Los mismos que no aceptan esa posibilidad para España estarían muy dispuestos a aceptar unos ¨Estados Unidos de Europa¨.

La España federada no garantizaría de por sí nada nuevo. La primera república fue una república federal y no parece haberlo hecho mejor que otras formas de gobierno. El que España fuese federal podría ayudar, pero, si no hay voluntad de cambio y no se quiere corregir lo que está mal, todo sigue igual, sea cual sea la forma de gobierno. La primera república no se propuso nada nuevo. La segunda tenía voluntad de cambiar y de acabar con ¨los males de España¨, y es muy posible que lo hubiese conseguido si le hubieran dejado.

Tienen en común en estos momentos los ¨españolistas¨ y los ¨independentistas¨ que ninguna de las dos posturas defiende la independencia ni la soberanía, ni la de España ni la de las posibles naciones que surgirían si se dividiera. Unos y otros quieren seguir en la Unión Europea, entidad supranacional en la que es imposible ser nación independiente. Un ¨españolista¨ de verdad no podría contemplar la pérdida de soberanía y sumisión de su país al imperio de Bruselas. Y unos nacionalistas auténticos de las posibles naciones en las que se dividiría el estado español no podrían querer el trueque de una dependencia por otra. Las elites ¨españolistas¨ entregan la nación ¨entera¨ a las elites de la Unión Europea para tener asegurado su propio poder, y los ¨nacionalistas¨ parecen dispuestos a entregar también esas futuras naciones a las elites de la entidad supranacional. Ni una ni otra postura tiene lógica y las dos son incoherentes. La Unión Europea nació para ser supranacional, no federal ni una Europa de las regiones o de los pueblos, y eso hace imposible que ningún nacionalismo, ni el ¨español¨ ni el de las otras naciones del estado español, tenga cabida en ese proyecto.


Febrero de 2014

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