Principios básicos

Teresa Barro

Habría que impedir que los contribuyentes tengan que pagarles a las elites sus vicios y excesos y su falta de inteligencia en el gobierno de las naciones. Es cuestión de decidir a qué deberá tener derecho toda persona que venga al mundo. Habría que establecer unos principios básicos que sirviesen para todos, fueran cuales fuesen las creencias políticas o religiosas de cada cual, y que cambiasen el mundo para bien, dado el mal estado en que está o lo han puesto los que aprovechan creencias y dogmas abstractos para proteger a unos cuantos y despreciar a los demás.  

Un principio básico debiera ser el de que nadie tuviese que pasar hambre. Eso podría conseguirse haciendo que fuesen muy baratos algunos alimentos en conserva que no hubiese que cocinar, teniendo en cuenta que muchas personas, por razones de enfermedad, de edad o cualquier otra, no pueden cocinar pero podrían calentar comida ya hecha. Dedicar el dinero de los contribuyentes a esa ¨subvención¨ sería bastante más útil que dedicarlo a subvencionar a los bancos, a las empresas privatizadas que se montan en nombre de la competitividad y a las que hay que rescatar con dinero público cuando fracasan, y a los políticos que ayudan a los grandes ¨negocios¨ que arruinan a todos menos a unos cuantos. El principio básico sería el de que nadie tenga que pasar hambre y se pueda comer barato si se quiere; el cómo hacerlo ya podría ser objeto de debate político en cada momento.
Otro principio básico debería ser el de que nadie tenga que pasar frío, porque el frío, como el hambre, menoscaba las facultades humanas, físicas y psíquicas. Eso podría conseguirse haciendo que la electricidad fuese muy barata, lo que no sólo beneficiaría a cada persona, sino al comercio, la industria y el transporte. La privatización de las empresas productoras de energía no trajo los precios bajos que, según la teoría de la competencia,  hubiera debido traer, porque ese no es el objetivo y también porque el dinero va a parar a donde no debiera, lo que también puede ocurrir en las empresas nacionalizadas. El objetivo tendría que ser conseguir electricidad barata y al alcance de todos y que eso se convirtiese en un principio básico e indiscutible.


Noviembre de 2013

Comentarios

  1. Mientras las industrias eléctricas pacten los precios, y no permitan (porque las ahogan) ninguna pequeña competencia, la bjada de precios de la energía será imposible, tendría que pertenecer al Estado y no a las Empresas. El Estado en este caso no es capáz de regular ni los precios, aunque dice que si.
    Creo que ningún ser humano debe pasar hambre, y en eso estamos trabajando algunos, pero no es suficiente, tendríamos que trabajar todos.

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