Sistemas que funcionen bien

Teresa Barro

Un mal de la política, que se arrastra desde hace mucho tiempo, quizá desde siempre, es que se confunde con la religión, que se enfoca con ideas y sentimientos  de índole religiosa que llevan a pensar que, si la creencia fundamental es buena, lo demás vendrá por sí solo, lo que es como pensar que si uno se apunta al dios verdadero, con eso ya se adquiere una ejemplaridad y santidad que hará que todo vaya bien. La idea o creencia política se convierte así en una serie de verdades absolutas e indiscutibles, y el divorcio entre la teoría y la práctica es total. En política, como en todo, habría que crear sistemas que funcionen bien, sea cual sea la tendencia ideológica o la creencia fundamental de quienes los apliquen.
El sistema de seguridad y bienestar social puede responder a distintas ideas e ideales. El británico se basó en que el Estado debía hacerse cargo de todo from the cradle to the grave, desde la cuna hasta la sepultura. Los de otros países se basaron en la solidaridad, o en la igualdad social. Pero lo importante sería decidir lo fundamental: ¿es preferible para una nación asegurar que todos sus habitantes tengan cuidados médicos y una buena educación, y que nadie tenga que estar sin trabajo ni que pasar hambre y vivir sin techo, o es preferible que cada cual se las arregle como pueda y establecer un sistema en que el que quiera tener todo eso deba ganarlo en guerra contra los demás y demostrando así superioridad en la lucha por la existencia y la supervivencia?

Octubre de 2013

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