Lo que España necesita

Teresa Barro

Para salir de la pobreza intelectual, la mentalidad comprimida y el mal gobierno que implantaron los reyes católicos y la Inquisición, España tendría que  decidir lo que quiere en cuestiones fundamentales. Pensar en cómo querría vivir. Y, una vez decidido, exigir a los que gobiernen que pongan empeño en conseguirlo y rindan cuentas exactas de su desempeño. Con esto se vencería la pasividad y el dejarse ir en un exceso de optimismo y credulidad o el caer en la desesperanza.

España tendría que desarrollar y cuidar la dimensión internacional, y para ello sería esencial que dejase de creer lo que le cuentan los medios de comunicación en lo que parecen análisis pero no son más que descripciones de partituras sin interpretar, como los ¨apuntes¨ de la universidad que se memorizan y no forman la mente o el intelecto. Hay apariencia de que se analiza la política internacional y de que se sabe cómo está el mundo, pero las descripciones nunca iluminan ni despiertan las ganas de conocer y entender otros países y otras culturas, porque predomina el enjuiciamiento falso y la mentalidad insertada por la Inquisición de acorazarse contra el extranjero y verlo como enemigo. Eso lleva a un oscilar inútil entre el sentimiento de superioridad sobre los demás y la consiguiente actitud altanera, y el sentimiento de inferioridad y la actitud apática al tropezar con la realidad.

Lo más importante  sería cambiar la mala formación intelectual de siglos y hacer un país que sepa y quiera usar la inteligencia para entender la vida y el mundo y para construir el futuro que desee aprendiendo las lecciones del pasado y corrigiendo lo que haya que corregir. La mentalidad simplificadora que creó la Inquisición, de buenos y malos, santos y demonios, poseedores de la verdad y ¨herejes¨, suprimió la creatividad, porque no se puede crear sin aceptar  la dificultad, el error y la necesidad de corregir.


Octubre de 2013

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