La picaresca nació con la Inquisición
Teresa
Barro
El sistema de modo de vida y gobierno de
España que se impuso con la Inquisición se adentró de tal forma que ya no
cambió en todos los siglos que siguieron a los reyes católicos. La mente y el
sentir de los habitantes del país estaba sometida y no se conocía otra cosa.
Ese sistema que se impuso en nombre de la
religión no alentó lo bueno y lo útil para el país, sino lo malo y lo inepto. El
trabajo honrado, la competencia y el saber llevaron durante tanto tiempo a la
humillación, la miseria, el calabozo, la tortura y la muerte que, pasados los
años, ya no hubo que perseguirlos. Se sabía que para alcanzar los puestos de
mando había que demostrar desprecio al trabajo, incompetencia e ignorancia. El
miedo constante y profundo, la falta de información y la mala formación
intelectual hicieron que surgiese la admiración al ¨listo¨ que sabía
aprovecharse de la situación y el desprecio al ¨tonto¨ que no conseguía nada.
La mala calidad que implantó ese sistema de
valores se vio en la economía y en la política, que se manejaron con espíritu
de ¨picaresca¨. Lo único que importaba
era llegar arriba y mantenerse en las alturas siendo listo y no tonto, acogerse
a la protección de la corona y de la iglesia y asegurarse de estar entre los
que se repartían el poco dinero que había en el país.
La inmoralidad, la corrupción y la mediocridad
que insertó ese sistema empobrecieron a España, causaron sus ¨males¨ y la llevaron
a los desastres en el exterior que la humillaron y la desorientaron.
Mayo de 2013
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