La mala formación intelectual en España
Teresa
Barro
El poder político que consiguió la iglesia
católica en España a partir de los reyes católicos tuvo enormes consecuencias
económicas, sociales y educativas. Empobreció el país, promocionó la
desigualdad social e impuso una educación intelectual deficiente que llevó al
atraso.
La España de antes de los reyes católicos era
un lugar buscado por los amantes del saber. La de después fue un lugar anulado
por la censura y en el que todo saber auténtico quedó prohibido y perseguido por
una iglesia que quiso ser administradora única de conocimiento.
España se convirtió en un país en el que no se
podía ni trabajar ni pensar, y esa política la hundió en la pobreza y en la
ignorancia. La formación intelectual que
se impuso dio mentes sólo capaces de ir por donde las encauzaban las
autoridades y de imitar y repetir lo que otros hacían. Las universidades fueron
despachos de títulos de ¨nobleza¨ que no
formaban el intelecto y aprisionaban la mente y que, en vez de propiciar el
amor al estudio y al saber, inculcaban el temor a pensar con libertad y a separarse de lo ordenado. La divergencia
en pensamiento y acción se castigó como traición, y eso dio características
tribales a la mente de los habitantes de España y los llevó al gregarismo.
Surgió el admitir sólo una idea o la contraria y apuntarse a ellas con fe
religiosa y confianza en el milagro que traerían si se impusiesen.
La deficiente formación intelectual que propagó
la iglesia creó pasividad mental e hizo que no se pudiese funcionar con
inteligencia. Fabricó mentes pasivas a la espera del milagro y la panacea y
dispuestas a seguir con obediencia los caminos trillados que otros marcasen.
Abril de 2013
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