España y su imperio


Teresa Barro
El intolerante sistema que instauraron los reyes católicos y la iglesia en España hizo esencial que, para conservar la vida y los bienes, hubiese que cuidar la apariencia por encima de todo y no dar pie a que pudiera haber la mínima sospecha de que se trabajaba y se ganaba dinero con honradez, se pensaba, o se tenía más contacto con el extranjero que el necesario para imponer la religión ¨verdadera¨.  La relación normal con el exterior quedó prohibida. De la corte de los reyes se expulsó a los extranjeros. El mundo de fuera pasó a ser el enemigo del que había que protegerse, y eso explica la extraña relación de España con su imperio, un imperio al que nunca quiso ni apreció, ni siquiera por el poder que le daba en su relación con los demás países, que observaban atónitos la indiferencia, frialdad y falta de entendimiento y hasta de aprovechamiento con que España trataba a sus envidiadas posesiones del nuevo mundo.
No es tampoco que España tratase a su imperio americano peor que los demás países europeos trataron a los suyos. Pero el imperio era el prohibido ¨extranjero¨ al que sólo se podía ir sin ánimo de quedarse y con el que sólo se podía tratar dejando muy en claro que no se tomaba en serio y que de allá no podía salir nada que hubiese que tener en cuenta. Con el tiempo España adoptó el papel de madre patria intransigente y dominante que esperaba que los hijos obedeciesen y callasen, y le estuviesen agradecidos por haberlos traído al mundo y haberles dado ¨la lengua, la raza y la religión¨ sin las cuales no hubiesen sido humanos.
La incomprensión por parte de los sucesivos gobiernos de España cuando los ¨hijos¨ americanos empezaron a pedir que se les hiciese algún caso y se les tuviese en cuenta fue muy notoria, como lo fue también la constante negativa a escucharlos. En todo momento faltó afecto e interés por parte de la ¨madre patria¨. Los ¨hijos¨ se le fueron porque ella en realidad los abandonó. Esa extraña conducta sólo se puede explicar por la estrechez y falta de entendimiento y de funcionamiento inteligente que causó la imposición en España de una mala formación intelectual.
Abril de 1013

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