España no apreció el Nuevo Mundo


Teresa Barro

La persecución del conocimiento, el saber y el trabajo, todo ello considerado de judíos y, por tanto, merecedor de expulsión o muerte en la hoguera, hizo que en la España creada por los reyes ¨católicos¨ no se pudiese hacer más que sobrevivir, holgazanear, preocuparse por las apariencias, buscar la protección de las elites políticas y eclesiásticas y practicar la injusticia y la incompetencia para no despertar sospechas ni envidias. Dejó de apreciarse la auténtica valía porque hacerlo no podía traer más que desgracia, y eso descorazonó, entristeció y causó una desorientación moral y espiritual que sigue hoy. La capacidad de enjuiciar y apreciar quedó dislocada y con el tiempo se perdió casi del todo.
Cristóbal Colón fue una de las grandes víctimas del sistema de desprestigio de la inteligencia y el saber que instauraron los reyes católicos con la ayuda de la Inquisición. Pocas veces habrá habido en la historia una expedición tan inteligente y bien pensada como la que organizó Colón, y con tan magníficos resultados. Lo lógico sería que en España se le hubiesen otorgado reconocimiento y honores. Otros países lo habrían hecho.  Sin embargo, en la mente de los españoles Colón es una figura oscura, como una estatua sin cuidar y mal iluminada que no se sabe dónde poner para que no estorbe. Lo único que se hizo fue tratar de apropiarse de su lugar de nacimiento y situarlo en España, para no admitir que era extranjero y que su saber y vocación de gran navegante provenían de haber nacido en la potencia naval que era Génova y de haber adquirido los conocimientos necesarios en un país que sabía mucho de navegación, que era Portugal.
El que en España nunca se haya sabido ni querido apreciar los méritos de Colón se debe a que, ya desde el comienzo, los propios reyes no lo hicieron y, para apropiarse de todo, lo calumniaron, lo aprisionaron y lo hundieron en la pobreza. Colón murió en la miseria por culpa de los reyes y de la iglesia, y eso será una mancha difícil de borrar en la historia de España.
En España no podía haber ya más mérito que el que la corona y la iglesia otorgasen, que era siempre a quien menos lo merecía porque querían un país de sumisos e invalidados. Francia, Inglaterra y los demás países de Europa vieron el descubrimiento de América como algo envidiable que hubieran deseado para ellos y habrían explotado y disfrutado. España, absorta en sus guerras religiosas y en su creciente fanatismo e incompetencia, se limitó a pagar con el oro de América las costosísimas guerras y a mandar al nuevo mundo curas y frailes que impusiesen la cruz y algunos administradores que sabían que todo lo extranjero estaba prohibido y era ¨pecado¨ y no podían dar muestras de afecto hacia el nuevo mundo porque eso los hubiese convertido en traidores a la corona.
Así nació la indiferencia, la displicencia y la frialdad con que España trató siempre a las Américas. La ¨madre patria¨ nunca quiso a sus ¨hijos¨ y temió siempre que la confundiesen con aquellas gentes secundarias. Ella siempre sería superior y los ¨hijos¨ siempre serían inferiores y se lo deberían todo.

Noviembre de 2012

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