Cómo se apagó el espíritu de España


Teresa Barro
Todo empezó con los reyes católicos, que, en nombre de la religión, suprimieron toda posibilidad de que el espíritu pudiese sobrevivir.
No hubieran podido apagarle el espíritu a España sin contar con una elite eclesiástica que quería poder y riqueza y se prestó a tergiversar el cristianismo para adaptarlo al autoritarismo que se buscaba. Con esa alianza empezó la persecución de todo lo que pudiese representar amenaza a la uniformidad, la obediencia ciega y el mando absoluto de los ¨buenos¨ que se quería imponer.
La mezcla de razas, religiones y culturas había hecho de España uno de los lugares más atractivos del mundo por su tolerancia y gusto por las ciencias, las artes y el saber. España era un centro de sabiduría universal. En  muy poco tiempo, aunque con mucho esfuerzo y con ayuda de la Inquisición,  los reyes la convirtieron en un lugar sombrío y temido, enemigo del saber, intolerante y fanático, al que ya nadie quería ir.
En nombre del catolicismo se expulsó a los judíos. Esa expulsión no solo tuvo graves consecuencias económicas y culturales, sino que con ello España quedó sin la orientación y el conocimiento del espíritu que aportaban el judaísmo y el cristianismo anterior al catolicismo político que se instauró.
Septiembre de 2012

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