Política y economía

Teresa Barro

Lo que se presenta como una enseñanza moderna, centrada en la utilidad y el futuro, es un sistema de control de la mente de los jóvenes que no les deja adquirir la formación intelectual precisa para entender el mundo en el que están. Que no se imparta el mínimo conocimiento de política ni de economía es la mejor prueba de que lo que menos se busca es la utilidad. La política y la economía de los países deberían seguirse y estudiarse con interés y pasión, como algo que repercute en la vida de todos y que todos tienen derecho a conocer y juzgar.

El modo en que se gobiernan y administran los países tendría que considerarse un conocimiento tan esencial como el de saber leer y escribir. Sin eso, no es posible entender cómo funciona el mundo y se acaba achacando a los dioses lo que hacen los humanos. Cabe preguntar por qué no se fomenta ese conocimiento, que sería el más útil y básico de todos y el más imprescindible. Puede que sea porque, si la política y la economía dejasen de estar envueltas en el misterio, se vería con claridad lo mal que se hacen, y resaltaría la ineptitud, el egoísmo y la mala calidad de los que las manejan.

Febrero de 2012

Comentarios

  1. Evidentemente a los gobiernos no les interesa enseñar sino adoctrinar en su filosofía. La única manera de que la enseñanza sirva para algo es que esté adaptada a la situación de la realidad del país y del mundo, pero sobre todo enseñar a pensar y elegir entre las opciones que se les presenta. Ni los datos históricos son como nos los contaron, así que insisto lo fundamental es crear mentes capaces de discernir por si mismas en le marasmo de información que van a poder manejar

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