Comunismo y capitalismo: los extremos se tocan

Teresa Barro


 

El siglo pasado el mundo estuvo regido por dos sistemas: comunismo y capitalismo. Los dos ofrecieron un ideal de progreso y de vida mejor, uno basándose en la igualdad y la justicia, y el otro en la libertad y la oportunidad. El mundo se dividió en dos bandos opuestos. El sistema comunista se implantó con brutalidad extrema y cultivando el miedo. El sistema capitalista con menos brutalidad, pero también cultivando el miedo, como se está viendo con claridad en estos momentos. El resultado de los dos sistemas fue el mismo porque, en realidad, bajo diferente retórica, los dos querían lo mismo: hacer que unos cuantos cuantos mandasen en todos y en el mundo entero. El sistema comunista tuvo algunas virtudes e hizo algunas cosas bien, como también tuvo virtudes y logró algunos buenos resultados el sistema capitalista. Pero los dos extremos ya se tocaron y resalta cada vez más el brutal objetivo de los dos. El ¨sueño¨ del comunismo no se podía cumplir porque desde el principio el sistema dejó en claro que no admitiría disensión de ningún tipo: el dogma se impuso a la fuerza, la desigualdad se hizo cada vez mayor y se abrieron abismos entre la elite y los que no lo eran. El engaño del ¨sueño¨capitalista no estuvo tan claro al principio, pero lo está ahora: lo que parecían oportunidades para todos quizá lo fueran en algún momento pero dejaron de serlo, la trayectoria hacia la libertad quedó cortada y el resultado final es la crisis económica y social que estamos viviendo, cuyo resultado es exactamente igual al del comunismo. unos no sufren y se quedan con todo, y la mayoría sufre y se queda con nada o cada vez con menos.


 

Las últimas décadas del capitalismo triunfante vieron el surgir omnipotente de una elite de jugadores y políticos tramposos que ni siquiera se propusieron manejar la economía, sino ganar dinero a espuertas y vivir a cuenta de los demás. ¿Qué fueron las privatizaciones más que un dogma que se impuso con cruzadas de fervor religioso? Se vendieron los bienes de las naciones a incompetentes dispuestos a hacer dinero en poco tiempo para ellos y unos cuantos aprovechados, sabiendo que cuando llegase el fracaso el Estado se haría cargo otra vez de lo que les había vendido y los contribuyentes tendrían que pagar la mala jugada. ¿Cómo es posible creer ni por un momento que el mercado es inteligente y sabe controlarse y equilibrarse a sí mismo? ¿Qué mercado libre es ese que está manejado y manipulado en todo momento por los que están a cargo de la economía de las naciones?


 

El comunismo usó el miedo para mantenerse, y el capitalismo lo está usando cada vez más y con mayor brutalidad. La crisis llegó porque no había otra salida ni podrá haberla cuando se actúa como actuó el sistema capitalista en los últimos treinta años. Para que la elite se sostenga y pueda seguir acumulando dinero y poder, el despojo al que se someterá a los habitantes corrientes de los países será cada vez mayor.

Mayo de 2011

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