El vaticano y el aborto

EL VATICANO Y EL ABORTO


 

El Vaticano no pierde ocasión de manifestarse en contra de todo lo que tenga que ver con el aborto aunque sea indirectamente, como en el caso de las organizaciones de ayuda internacional, a las que, al parecer, no deben concedérseles fondos si permiten los anticonceptivos y el aborto. Con su actitud autoritaria e imperiosa y su falta de buena argumentación, el Vaticano no puede dar orientación espiritual. Pierde toda credibilidad al meter en el mismo saco el aborto y el control de la natalidad y al aplicar ese entusiasmo por la vida en el que dice basar sus argumentos únicamente a cuestiones relacionadas con las mujeres (sobre las que ni debía atreverse a hablar, dado que en principio, y por elección propia, no puede saber nada de ellas).


 

Creer de verdad en el derecho a la vida significa por fuerza no admitir el derecho de nadie a matar, ni en guerras ni instaurando la pena de muerte. Para tener alguna credibilidad espiritual, el Vaticano tendría que manifestarse tan acaloradamente en contra de la guerra y de todo lo que lleva a ella, y en contra de la pena de muerte, como se manifiesta en contra del aborto.


 

El aborto es una de las muchas consecuencias del sistema patriarcal que se estableció en el mundo con la ayuda de casi todos los que hablaron en nombre de las religiones. El sistema patriarcal se basa en una familia jerárquica y autoritaria en la que se maltrata y priva de derechos a las mujeres y a los hijos. El aborto ni existiría si no se confundiese y maltratase a las mujeres y a los hijos y si la sociedad estuviese organizada con menos jerarquía y más justicia. Si el Vaticano quisiese de verdad que no hubiese abortos, lo que tendría que hacer sería combatir el patriarcado.


 

Teresa Barro

Enero 2009

Comentarios