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Mostrando entradas de noviembre, 2013

Principios básicos

Teresa Barro Habría que impedir que los contribuyentes tengan que pagarles a las elites sus vicios y excesos y su falta de inteligencia en el gobierno de las naciones. Es cuestión de decidir a qué deberá tener derecho toda persona que venga al mundo. Habría que establecer unos principios básicos que sirviesen para todos, fueran cuales fuesen las creencias políticas o religiosas de cada cual, y que cambiasen el mundo para bien, dado el mal estado en que está o lo han puesto los que aprovechan creencias y dogmas abstractos para proteger a unos cuantos y despreciar a los demás.    Un principio básico debiera ser el de que nadie tuviese que pasar hambre. Eso podría conseguirse haciendo que fuesen muy baratos algunos alimentos en conserva que no hubiese que cocinar, teniendo en cuenta que muchas personas, por razones de enfermedad, de edad o cualquier otra, no pueden cocinar pero podrían calentar comida ya hecha. Dedicar el dinero de los contribuyentes a esa ¨subvención¨ sería bast

La guerra psicológica de la ideología imperante

Teresa Barro La guerra psicológica con que se impuso la ideología del libre mercado estuvo dirigida a fomentar la adoración al dinero y a los ricos y poderosos, y se hizo inculcando sentimiento de mala calidad mediante la industria del corazón. El lado cerebral y ¨masculino¨ de esa ideología presentó al mercado como más inteligente que nada ni nadie y capaz de decidir por sí solo con exactitud matemática lo que más convenía en cada momento. El mercado fue infalible en teoría en esa ideología, aunque la economía y el propio mercado se estuviesen manejando en la práctica con la superstición y falta de juicio propias de los que tienen el vicio del juego y no ven más allá de lo que les dicta su adicción. Pero fue parte fundamental de la imposición de esa ideología la guerra psicológica que se entabló para hacer del dinero y de los ricos un culto religioso con ídolos y adoradores. Esa guerra psicológica utilizó la industria del corazón para crear imágenes y manipular el sentimiento,

La economía no podrá funcionar

Teresa Barro Aunque se quiere hacer creer que habrá salida de la crisis económica o que ya se está saliendo, lo que se está haciendo es abrir camino para que venga otra. A las elites económicas y políticas nos les afectan las crisis económicas, al contrario,   les va bien con ellas: ganan sueldos cada vez más fabulosos por mostrar incompetencia, consiguieron atemorizar a todo el mundo y poner fuera del alcance de la mayoría los bienes materiales y espirituales y, en todo caso, el estado del mundo y de las naciones no les preocupa porque sólo piensan en su propia carrera y en situarse en las alturas donde nadie les toque. En el sistema económico que se impuso hay varios puntos clave que son dogmas sin el menor sentido. Uno de ellos es el dogma del desarrollo continuo y cada vez mayor. Ningún país tendría por qué entrar en esa carrera sin fin y sin ninguna base lógica. Eso sólo funciona para las   grandes multinacionales que hacen dinero rápido aprovechando la corriente del ¨desar

La iglesia española

Teresa Barro Se habla de que la iglesia española tendría que pedir perdón por su actuación en el régimen de Franco. No valdría de mucho que lo hiciese. Sería un gesto político que podría darle más poder del que ya tiene. Lo que la iglesia tendría que hacer es reconocer la mancha terrible que echó en su propia historia y en la historia de España desde la Inquisición hasta nuestros días, y tratar de limpiarla. La iglesia impuso su mando con robos, persecuciones, torturas y matanzas y ahogando las mentes con adoctrinamiento y mala formación intelectual. Actuó con soberbia, avaricia y todos los vicios capitales y no practicó ninguna de las virtudes. Por eso no sólo hay que reprocharle el mal que hizo, sino el bien que dejó de hacer. La iglesia española vendió su alma al diablo cuando se alió con los reyes ¨católicos¨ y fundó la Inquisición para instalar un régimen de terror mucho peor que el de los nazis. El régimen nazi duró poquísimo comparado con la Inquisición, que duró más de

No habrá salida de la crisis

Teresa Barro No habrá salida de la crisis económica. Habrá de vez en cuando, para contentar al público, apariencia de que se está saliendo de ella, pera esa crisis es el resultado de una política encaminada a conseguir una sociedad de ricos y esclavos en la que los ricos se enriquezcan cada vez más sin tener que pagar por el trabajo de los demás. El verdadero objetivo de la ¨libertad de mercado¨ es el de construir un mundo en el que se puedan hacer grandes fortunas personales aunque no se valga nada ni se tenga el menor espíritu empresarial, y para eso es preciso tener esclavos, mercancía humana que se pueda despreciar y desechar. La ideología que se presentó como irrefutable, inteligente y racional resultó ser abusiva y como una peste infecciosa que acabó con todo. No hay crisis económica para las elites, las grandes finanzas y los grandes monopolios disimulados, ni para los que propagan la peste, que hacen dinero a espuertas a cuenta de los demás. En nombre de la ¨productivi