La iglesia española tendría que demostrar cristianismo o cambiar de nombre
Teresa Barro Los reyes católicos forjaron una alianza entre la corona y la iglesia que hizo de España un país frustrado, empobrecido y mal gobernado. La iglesia adquirió con esa alianza un poder inmenso, y la corona se valió del apoyo de la iglesia para justificar el mal gobierno y la mala administración. Acabar con ese poder absoluto de la iglesia fue la aspiración de muchos habitantes del país, pero todos los intentos fallaron. El error estuvo quizá en querer suprimir la institución en vez de exigirle coherencia y religiosidad. La jerarquía católica se comportó de un modo tan contrario al cristianismo que tendría que ser la propia iglesia la que quisiese cambiar sin que hubiese que exigírselo. No es posible creer que sea conducta cristiana acumular riquezas, con atropello casi siempre, privar de libertad y de medios de vida a los habitantes de un país y gozar de la vida cómoda en las ciudades sin atender a los lugares más necesitados e incómodos. Acumu